Nos llega un encargo desde el corazón de Menorca, en Es Mercadal, donde unos amigos de toda la vida quieren dar forma a una idea que, aunque pueda parecer tradicional, tiene una personalidad muy clara: montar una pizzería que respire Menorca en cada detalle.
Desde el principio lo tuvieron claro: producto local, horno de leña y sabores con identidad isleña. Nada de una pizzería cualquiera. Aquí, la masa se fermenta con mimo, los ingredientes se seleccionan de proveedores del entorno y las combinaciones de sabores rinden homenaje a la cocina menorquina —quesos artesanos, sobrasada, cebolla confitada, alcaparras… cada pizza una reinterpretación con acento de la isla.
El trabajo consistió en desarrollar una imagen visual que acompañara este concepto: proximidad, autenticidad y sabor. Se trabajó en una estética honesta y cálida, que conectara con el imaginario local pero también transmitiera una visión moderna del producto artesano.
Desde la elección tipográfica hasta la carta, los elementos visuales y los mensajes de marca, todo se planteó para reforzar el relato: una pizzería menorquina, de verdad.
Un proyecto donde el diseño y la gastronomía se entienden como lo que son: ingredientes que suman para contar una historia sabrosa, de barrio, de horno y de raíces.